LA HABANA, Cuba. – Hasta el momento son muy pocos los cubanos que salen a las calles con nasobucos o mascarillas, a pesar del riesgo que corren de infectarse con el nuevo coronavirus causante de una pandemia mundial.
A diario los cubanos se exponen, sin protección, en colas y aglomeraciones obligados por la necesidad de adquirir alimentos y productos de aseo. A la vista no parece que haya percepción del peligro que significa el Covid-19, causante de miles de muertes en el mundo.
Según medios oficiales, como parte de las medidas para enfrentar la pandemia, la fábrica textil “Carlos Simón”, de Sancti Spíritus, se encuentra enfrascada, desde hace aproximadamente dos semanas, en la confección de nasobucos destinados a las instituciones de salud del país. Entonces, la pregunta que se deriva es: ¿Cómo adquiere los nasobucos el pueblo? ¿El que no tiene la posibilidad de hacerlo o comprarlo, de dónde lo saca?
Las personas de más poder adquisitivo se han volcado a la compra de nasobucos en el mercado negro, donde el precio ronda entre 1 y 2 CUC. En su mayoría, estos medios de protección han sido importados desde el exterior.
Con la interrogante planteada aquí ―¿por qué no usan nasobuco los cubanos a pesar de las aglomeraciones?―, CubaNet salió a indagar en las calles habaneras.
En tal sentido, cada día Ismir Pérez se pregunta cómo es que las autoridades aún no informan, ante el inminente peligro, dónde y cuándo comenzarán a vender los nasobucos.
“Estoy bien preocupada por lo niños, por los jóvenes, por mí misma, que salgo a la calle y no tengo nasobuco, y me pregunto: Dios mío, ¿cuándo van a vender las mascarillas? ¿dónde se pueden encontrar? Pero nadie sabe… y la mayoría de la población anda sin nasobuco; es un peligro”, advierte.
Ismir sugiere que desde ahora debería declararse una cuarentena total en la Isla para evitar que “el virus tome fuerza”.
“La cantidad de gente que hay en las guaguas es terrible, las colas para comprar pollo… Yo me erizo cuando tengo que pasar por ahí, y hay veces que tengo que hacer la cola porque mi hermana enferma y mi mamá necesitan que las ayude. Me arriesgo, pero tengo temor de quedar infectada con ese terrible virus”, dijo atemorizada.
Por su parte, Nelson López lleva varios días buscando nasobucos en establecimientos estatales y, hasta el momento, no los ha encontrado.
“No los hay; he buscado en todos lados y no hay”, lamenta.
Otro entrevistado, José Valdés, relata que donde único se pueden encontrar es en la bolsa negra, aunque están “muy caros para ser adquiridos por un trabajador asalariado”.
“Los precios están mandados, los venden en dos, tres dólares. Eso te lo deberían dar hasta por la farmacia”, sugiere.
El hombre agrega que las colas son un “riesgo potencial” para la transmisión de la enfermedad, por lo que el Gobierno debería tomar acciones al respecto.
“Están a base de sacar un poquito de pollo, un poquito de puré, un poquito de esto, un poquito de lo otro, y todas esas colas traen infección, de lo que es coronavirus y de lo que no”, advirtió.
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