MIAMI, Estados Unidos. – El Centro del Clima del Instituto de Meteorología (INSMET) de Cuba pronosticó que julio de 2024 en la Isla será “un mes con precipitaciones y temperaturas extremas por encima del promedio histórico en las tres regiones del país”.
De acuerdo con el pronóstico, emitido este 21 de junio, julio es el mes que menos precipitaciones aporta al período lluvioso en Cuba debido al “notable incremento de la intensidad del Anticiclón del Atlántico y de su influencia sobre Cuba, lo que produce una importante disminución de las precipitaciones con respecto al mes que le precede”.
No obstante, de acuerdo con el Centro del Clima del INSMET, ocurren chubascos y tormentas eléctricas, principalmente durante la tarde y primeras horas de la noche, asociadas al paso de sistemas migratorios de la zona tropical, tales como las ondas y las bajas tropicales, así como al calentamiento diurno.
Según el pronóstico, el actual evento El Niño – Oscilación del Sur (ENOS) se ha debilitado y transita hacia condiciones neutrales mientras que las anomalías de la temperatura subsuperficial del mar disminuyeron significativamente desde noviembre hasta alcanzar valores negativos, propio del debilitamiento de este evento ENOS.
“La mayoría de los modelos prevén que el presente ENOS finalice en junio, estableciéndose las condiciones neutrales. Existen altas probabilidades de que un nuevo evento La Niña – Oscilación del Sur (AENOS) se desarrolle entre julio y agosto”, precisó el INSMET.
Asimismo, la institución científica recordó que los océanos se han mantenido “muy cálidos globalmente desde abril del 2023”.
“En particular, la temperatura superficial del mar en la región tropical del océano Atlántico se mantiene muy alta. Desde junio de 2023 hasta mayo de 2024 se han registrado los valores más altos desde 1951, lo que tendrá una incidencia muy importante en cuanto a cuán activa llegará a ser la próxima temporada ciclónica en dicho océano”, concluyó el pronóstico.
Temporada ciclónica “muy activa”
Los expertos cubanos prevén la formación de unas 20 tormentas tropicales en toda la cuenca del Atlántico Norte, de las cuales 11 podrían alcanzar la categoría de huracán, según los análisis de probabilidad.
Del total de ciclones tropicales, 14 pudieran desarrollarse en el área oceánica del Atlántico, cuatro en el mar Caribe y otros dos en el golfo de México.
Además, hay altas probabilidades de que se origine e intensifique al menos un huracán en el Caribe (85%).
La probabilidad de que uno de procedencia atlántica penetre en el Caribe es de un 70%. También existe un 80% de riesgo de que Cuba sea afectada por al menos un huracán, pero es mayor el riesgo de que al menos un ciclón tropical llegue a la Isla (90%).
“Las condiciones oceánicas y atmosféricas fundamentales que regulan la actividad ciclónica tropical sobre el océano Atlántico y el mar Caribe, serán favorables para que la temporada ciclónica sea muy activa. La temperatura superficial del mar en la franja tropical del Atlántico Norte ha mostrado valores elevados desde junio de 2023 hasta abril de 2024”, ha señalado la prensa oficial cubana.
Los modelos indican que este calentamiento pudiera persistir durante la temporada ciclónica e influir favorablemente en la formación y desarrollo de los ciclones tropicales.
La temporada ciclónica en el Caribe se extiende del 1 de junio hasta el 30 de noviembre. El pasado año, los expertos pronosticaron entre 12 a 17 tormentas con nombre y entre cinco y nueve huracanes. De estos últimos, entre uno y cuatro podrían ser de gran intensidad, o sea, podrían alcanzar las categorías 3, 4 o 5.
Los daños provocados por los vientos y las lluvias aparejados a los ciclones pueden provocar inundaciones, caída de árboles, caída del tendido eléctrico; así como desprender techos y derrumbar casas que no estén en buen estado.
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