MIAMI, Estados Unidos. – El vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), Juan Carlos Alfonso, confirmó en una entrevista exclusiva con la agencia de noticias EFE el retraso del próximo Censo de Población y Viviendas “al menos hasta 2025” debido a la grave crisis económica que atraviesa el país y la falta de recursos.
Dicho censo estaba previsto originalmente para 2022.
No obstante, el funcionario defendió que el sistema estadístico cubano cuenta con “registros muy fuertes” que permiten al país seguir funcionando sin la macroencuesta de población que estaba planificado realizarse cada 10 años. Aun así, reconoció el impacto negativo del retraso del censo en la planificación y elaboración de políticas públicas, así como en las grandes cuentas del gobierno.
“Inicialmente pensábamos este año como posibilidad de hacer el censo, porque es una necesidad, porque llevamos 12 años sin censo (…). Estamos trabajando para en este año 2024 hacer el registro previo del censo y ver la posibilidad real, a partir de las disponibilidades del país, de hacerlo en 2025. Es un propósito hacerlo en 2025”, indicó Alfonso.
El vicejefe de la ONEI atribuyó el retraso a “agresiones externas”, a la pandemia de COVID-19 y a problemas internos como las políticas económicas fallidas que han agravado los problemas estructurales de la economía cubana desde 2020. Como es costumbre en el discurso oficial cubano, también aludió a las sanciones estadounidenses.
El funcionario también confirmó el deterioro de varios indicadores de bienestar en la Isla. “Hay un incremento de situaciones de vulnerabilidad, de desigualdad, eso no hay la menor duda”, afirmó.
No obstante, cuestionó la credibilidad de estudios externos que presentan una imagen catastrófica de la situación en Cuba. “Ideología aparte, se lo digo profesionalmente: así el país no funciona”, aseveró, refiriéndose a informes que afirman que el 88% de los cubanos vive en extrema pobreza.
La desigualdad, medida por el Coeficiente de Gini, también ha aumentado en Cuba. Alfonso señaló que en 1989, el coeficiente era de 0,25, pero en la actualidad se sitúa entre 0,4 y 0,5. “No es el más alto de América Latina, los más altos son Brasil y Chile con un 0,50 y tanto; y no es el más bajo, que es el de Uruguay, que es de 0,38 o 0,39. Nosotros estamos en todos esto en términos medios”, comentó Alfonso.
La migración, otro tema clave en Cuba, también fue abordado por el funcionario. Desde 2021, alrededor de 650.000 cubanos han emigrado a Estados Unidos y otros 100.000 a México, sin contar aquellos que se han trasladado a España y otros países. Alfonso admitió que la ONEI no considera legalmente emigrado a ningún ciudadano hasta que no lleva dos años fuera del país, lo que dificulta tener cifras exactas. “Podemos tener un estimado”, reconoció.
El perfil del emigrante cubano, según Alfonso, es generalmente joven, con un equilibrio relativo entre sexos y procedente de todo el país. “Obviamente que todo eso tiene un costo, no hay la menor duda, un costo en la capacidad reproductiva del país, un costo en la capacidad productiva del país”, agregó.
Ya en mayo de 2023 el régimen anunció que el Censo de Población y Viviendas se retrasaría hasta 2025 debido a la crisis económica.
Dicha información trascendió después que entidades mexicanas entregaran 8.000 tabletas a la ONEI para “tareas censales”. El donativo corrió por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) de México.
Se prevé, además, que especialistas mexicanos del INEGI brinden al personal de la ONEI una capacitación en el uso y manejo de los equipos, así como en cuestiones censales.
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