MADRID, España.- El Gobierno cubano presentó este lunes 24 de junio el anteproyecto de Ley de Ciudadanía. Entre lo más preocupante del anteproyecto se encuentra que otorga al mandatario Miguel Díaz-Canel y al Ministro del Interior la facultad de retirar la ciudadanía cubana, una medida que podría usarse como herramienta de represión contra opositores y activistas.
“El presidente de la República y el Ministro del Interior son las autoridades en materia de ciudadanía, competentes para resolver los expedientes administrativos sobre adquisición, pérdida, privación, renuncia y recuperación de la ciudadanía cubana”, establece el artículo 18.1 del anteproyecto en este sentido.
La renuncia a la ciudadanía solo será posible si el solicitante cuenta con otra nacionalidad. La pérdida de la ciudadanía puede ocurrir si se adquiere mediante fraude, y la recuperación de la misma solo podrá ejercerse una vez, independientemente de la causa de la pérdida.
Según el documento, publicado por la Asamblea Nacional del Poder Popular en su página oficial, los ciudadanos cubanos deben usar su ciudadanía cubana para ingresar, permanecer, transitar y salir del territorio nacional y para identificarse en todos los actos jurídicos y políticos realizados en el territorio nacional. La adquisición de otra ciudadanía no implica la pérdida de la ciudadanía cubana.
La renuncia a la ciudadanía cubana solo se admite cuando se realiza desde el exterior y siempre que el solicitante cuente con otra ciudadanía, para evitar casos de apatridia. Además, se deben cumplir condiciones como ser mayor de 18 años, no poseer deudas con el Estado cubano o sus instituciones, ni estar cumpliendo sentencia penal de privación de libertad o estar perseguido por la comisión de un delito en el territorio nacional o en el extranjero.
Una vez aprobada la renuncia, son considerados extranjeros y, en consecuencia, están sujetos a lo establecido en la presente Ley, la de Extranjería y sus respectivos reglamentos. Las personas que no pueden identificarse en Cuba como ciudadanos cubanos, a los efectos de la entrada y salida al país, están sujetas a la presentación del pasaporte extranjero correspondiente, exigencia de visado y los documentos de viaje que correspondan. Si ostentan más de una ciudadanía, se identifican y salen del país con el propio pasaporte que utilizaron a la entrada al territorio nacional.
Por otro lado, se propone ampliar la vigencia del pasaporte cubano de seis a diez años y disminuir los costos de expedición y prórroga, haciendo el documento más accesible tanto para los ciudadanos dentro de la Isla como para aquellos en el extranjero.
Como se había anunciado en los últimos días, los cubanos que permanezcan fuera del país por más de 24 meses no perderán automáticamente su residencia. Esto permitirá a los cubanos en el extranjero mantener su estatus de residentes sin necesidad de trámites complejos.
A pesar de que algunas reformas parecen positivas, el anteproyecto no aborda problemas fundamentales como la libertad de movimiento y la persecución política. Las amplias facultades otorgadas a las autoridades para retirar la ciudadanía genera preocupación por posibles abusos de poder.
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