LA HABANA, Cuba.- Fuera de algunos hitos arquitectónicos muy puntuales, como la heladería Coppelia, el Pabellón Cuba, el Palacio de Convenciones y la Casa de Cultura de Velasco (Holguín), las construcciones de apreciable factura erigidas después de 1959 son las que todavía perduran en los “Repartos Pastorita”, diseminados por todo el país y nombrados así en honor a su impulsora, Pastora Núñez, una de las pocas mujeres que brilló en los años iniciales de la Revolución de Fidel Castro.
A diferencia de muchos advenedizos, Pastorita acumuló una importante trayectoria de lucha social, que comenzó cuando ella tenía apenas doce años de edad y acompañaba a su padre a las protestas contra el gobierno de Gerardo Machado. Fue miembro del Partido Ortodoxo y, más tarde, del Movimiento 26 de Julio. Por su honradez, valentía y diligencia se ganó la confianza del dictador Fidel Castro en la etapa final de la lucha en la Sierra Maestra y en los primeros años de la transformación revolucionaria.
Entre 1959 y 1962 asumió la dirección del Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV), que se encargaría de financiar la construcción de viviendas sociales con los fondos de la renta de la Lotería Nacional, eliminada por Castro. Pastora Núñez se propuso impulsar un programa de construcción de casas y edificios de apartamentos para la nueva sociedad, donde todos tendrían acceso a un domicilio confortable. Bajo su supervisión se concluyó la Unidad Vecinal “Camilo Cienfuegos” en el municipio Habana del Este, quizás la urbanización mejor diseñada de la era socialista.
A escasos veinte minutos del centro de la capital, pequeños y medianos edificios con apartamentos de dos o tres habitaciones fueron insertados en un sistema que articulaba armoniosamente los elementos constructivos con la naturaleza de la zona, potenciando la circulación peatonal y vehicular, así como el acceso a servicios básicos: mercados, hospitales y áreas de recreo.
Los apartamentos se caracterizaban por una adecuada distribución espacial, abundante iluminación y calidad; parámetros que se hicieron extensivos a otros repartos, como “Antonio Guiteras” y “Eduardo Chibás”, también en Habana del Este, pero cuyas condiciones permitían, además, la construcción de viviendas de una o dos plantas, con diseños modernos, dos o tres habitaciones, garaje, jardín y patio.
Los nuevos repartos acogieron a residentes de distintos estratos sociales, y Pastora Núñez se hizo tan famosa en toda Cuba que un día, súbitamente, pasó a “ocupar otras funciones”, desapareciendo del acontecer político nacional. El INAV fue absorbido por un reestructurado Ministerio de Obras Públicas.
Con Pastorita se esfumó también la importante labor que había desempeñado. Hasta nuestros días han llegado rumores sobre el alto costo de sus proyectos constructivos, que algunos consideraron como “un lujo” para la clase obrera.
Se estima que en los tres años que el INAV se mantuvo productivo, fueron terminadas 8 533 viviendas, y otras 1 594 en proceso fueron entregadas al Ministerio de Obras Públicas. Solamente en La Habana, la cifra de viviendas ascendió a 5 921, entre casas y apartamentos, cifra que representó el 65 % del total construido en el país.