WASHINGTON – La recién concluida 45 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), sirvió de marco una vez más al reencuentro de las organizaciones de la sociedad civil del hemisferio, empeñadas en crear redes de conexión y diseños coherentes para convertir en realidad efectiva los derechos y valores consagrados en leyes nacionales e instrumentos jurídicos hemisféricos e internacionales.
En los foros de Washington se produjeron intensos debates sobre los derechos y espacios que los activistas cívicos del continente procuran validar para afianzar los equilibrios y la justicia que merecen todos los habitantes del continente sin distinción.
Uno de los resultados más atendibles de la Asamblea general es la reafirmada voluntad de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) del continente para crear y afianzar redes de intercambio de experiencias y colaboración efectiva, destinadas a impulsar iniciativas y dinámicas concertadas que faciliten el logro de sus objetivos estratégicos.
La ocasión fue aprovechada por varias de estas ONG para presentar ante funcionarios, especialistas, activistas e interesados en general sus inquietudes y experiencias de trabajo en la búsqueda del respeto a la diversidad y la dignidad de los individuos y las colectividades tradicionalmente discriminadas.
En una primera presentación auspiciada por la ONG promotora de los derechos humanos Washington Office on Latin America (WOLA), disertó un panel compuesto por líderes de organizaciones de afrodescendientes como Iván Vergara del Movimiento Nacional Cimarrón de Colombia, Eroises Gonzales de la Plataforma Femenina del Proyecto Nuevo País de Cuba, Nilza Iraci de la Articulación de Mujeres Negras de Brasil, Cecilia Ramírez del Centro de Desarrollo de la Mujer afro peruana y Laura Hall de la red de mujeres afrolatinoamericanas y afrocaribeñas.
Los expositores brindaron detalles y testimonios sobre los retrasos e injusticias que sufren los afrodescendientes en el continente a pesar de leyes y medidas que en varios países tratan de impulsar la igualdad y la justicia para estas poblaciones siempre marginadas y excluidas.
Las ponencias nos recordaron como los afrodescendientes, principales víctimas del dilatado conflicto civil colombiano no encuentran lugar, con sus necesidades y traumas, en el actual proceso de paz, explicaron que con los matices de cada caso las mujeres afrodescendientes son en nuestros países las principales víctimas de las desigualdades, la violencia y la discriminación.
Por su parte Nilza Iraci advirtió como en Brasil, a pesar de los innegables avances alcanzados, todavía los jóvenes negros continúan siendo víctimas permanentes de la violencia estructural que prevalece junto a la polarización social que convierte a los afrodescendientes en ciudadanos en franca condición de desventaja.
Eroises González dio cuenta de cómo en Cuba, el otro país de Latinoamérica, donde como en Brasil, los afrodescendientes no somos minoría la crisis estructural del modelo y la degradación económica y moral afecta sobremanera la vida y posibilidades de desenvolvimiento de las mujeres afrodescendientes.
Ante las interrogantes de los asistentes los ponentes reafirmaron su voluntad y disposición de activar mecanismos y diseños de concertación hemisférica de las ONG que promueven los derechos de los afrodescendientes para presionar a los Estados a dar pasos firmes y ascendentes para consagrarlos derecho y la igualdad que hemos procurado durante siglos.
Para concluir las acciones colaterales de esta edición de la Asamblea, la organización Human Rigths First cedió espacio para que varias organizaciones LGBTI del continente expusieran sus experiencias, testimonios y propuestas en un contexto donde todavía prevalecen la discriminación y el rechazo a la diversidad.
En esta ocasión el panel estuvo compuesto por Marlenne Bennedeck de la organización Trans Siempre Amigas (TRANSA) de República Dominicana, Orlando Sosa Losada, de Ashanti Perú, Laura Weinstein, del Grupo de Apoyo a Mujeres Trans de Colombia y Nicole Santamaría, de la Asociación Colectivo Alejandría de El Salvador.
Los panelistas brindaron conmovedores testimonies de la saga de discriminación y violencia que sufren los homosexuales y sobre todo las mujeres trans en nuestros países, donde todavía no se imponen los necesarios de respeto a la diversidad.
La falta de reconocimiento social, de espacios laborales y de protección contra la violencia que amenaza la vida e integridad de los miembros de la comunidad constituyen algunas de las preocupaciones de estos activistas, quienes además dieron cuenta de la poca sensibilidad que demuestran las autoridades en los distintos países para activar mecanismos legales y estructurales para prevenir los frecuentes abusos y crímenes de odio que empañan la imagen y la convivencia de nuestras naciones.
Este redactor, a nombre de la Alianza Arcoíris Libre de Cuba (ALCU), cuya líder Juana Mora Cedeño no pudo asistir a la Asamblea, expuso la realidad de Cuba donde la ausencia total de legalidad de las instituciones cívicas obstaculiza la lucha por la igualdad y la justicia y donde las autoridades se presentan como protectores de los derechos de la comunidad LGBTI, cuando en realidad manipulan el tema con fines propagandísticos y de imagen, mientras se manifiestan cotidianamente los actos de represión e impunidad contra este sector de la sociedad.
A pesar de retrocesos e insuficiencias la 45 Asamblea General de la OEA ha servido para ampliar las referencias sobre los enormes retos de la lucha por la igualdad y la justicia en el continente y sobre todo para reafirmar el compromiso de quienes en el hemisferio no damos un paso atrás en la búsqueda de la plena dignidad de los individuos sin distinción ni exclusiones.
Montesinos3788@gmail.com