CANADÁ- Desde que se presentó el proyecto de reforma constitucional en Cuba, varios líderes religiosos, católicos y protestantes, han hecho pública su protesta contra el artículo que modificaría el concepto de matrimonio para incluir las uniones entre parejas de un mismo sexo. Dichos documentos apoyan el “diseño original de Dios”, plantean que la ideología de género no tiene antecedentes en Cuba ni en los países comunistas, y alegan que “su implementación como política de Estado lesionaría los derechos de la niñez y el ejercicio responsable de la paternidad, así como otros derechos elementales”. ¿Olvidan que muchos padres de parejas heterosexuales han abandonado o abortado a sus hijos, mientras que parejas homosexuales han adoptado y atendido a niños sin amparo filial?
Este tema es muy controversial en Cuba, un país de fuertes raíces machistas donde los homosexuales han sido acosados, discriminados y maltratados, en la sociedad y también dentro de las Iglesias.
El “diseño original del matrimonio”
La Biblia no define el matrimonio. Dios le mandó a Adán y Eva: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla” (Gen. 1:28). Adán no podría entender tan tempranamente al matrimonio como un contrato o sacramento. Dios quería que la primera pareja tuviera relaciones sexuales sin consideraciones formales o legales.
El resto del Génesis está repleto de ejemplos de “matrimonios” que no sólo excedieron la unión monogámica entre un hombre y una mujer, sino que hicieron cosas que escandalizarían a la Iglesia y la sociedad actuales. Lamec tuvo dos mujeres (Gen. 4:19), Abram cohabitó con su esposa Sarai (medio hermana paterna según Génesis 20:12), y su sierva Agar (Gen. 16:1-4); además de concubinas (Gen. 25:6). Abram solía presentar a su esposa como su hermana, para salvar su vida, arriesgando que otros hombres tuvieran relaciones con ella (Gen. 12:11-19, Gen. 20:1-3), algo que también hizo su hijo Isaac (Gen. 26:6-10). Las 2 hijas de Lot concibieron de su padre (Gen. 19:31-36), Nacor tuvo esposa y concubina (Gen. 22:23-24), Jacob concibió las 12 tribus de Israel de 4 mujeres diferentes (Gen. 29 y 30), Esaú tuvo 3 mujeres (Gen. 36:2-3), Rubén yació con la concubina de su padre (Gen. 35:22), Dios le quitó la vida a Onán por no darle descendencia a su hermano y Judá tuvo sexo con su nuera creyendo que era una ramera (Gen. 38), David y Salomón tuvieron cientos de mujeres y concubinas. ¿Era todo esto parte del “diseño original”?
Homosexualismo, ¿el peor de los pecados?
El homosexualismo es pecado, la Biblia lo afirma y deja clara su condenación, pero no lo diferencia de las decenas de pecados mencionados en otras listas, que van desde homicidios, idolatría y fornicación, hasta enemistades, celos, ira, envidia, borrachera, engaño, altivez, maledicencia, estafa, cobardía, y cosas semejantes a estas…” (Gal. 5:19-21, Mat. 15:19, Rom. 1:29-31, Efe. 5:3-5, Col. 3:5-9, 1 Cor. 5:9-11, 1 Cor. 6:9-10, 1 Tim. 1:9-10, Apoc. 21:8). Si violar la ley mosaica era pecado, Cristo reveló que el pecado está en la intención (Mat. 5:28), y Santiago 4:17 añade el pecado por omisión. Romanos 3:23 utiliza un término de arquería para dejar claro que todos los seres humanos nos hemos quedado cortos de la meta divina de santidad y perfección, y Romanos 6:23 determina el mismo castigo y solución. Quienes defienden que el homosexualismo “derramó la copa de la ira de Dios” en Sodoma y Gomorra, olvidan que antes Dios destruyó a toda la tierra excepto a Noé y su familia (Gen. 6). La Biblia enfatiza que no debemos juzgar a nadie (Luc. 6:37, Mat. 7:1-2).
Un poquito de ciencia
Siendo un tema antiguo y controversial, numerosos científicos han intentado encontrar las causas del homosexualismo. Existen teorías que defienden causas genéticas, biológicas, químicas, psicológicas, ambientales, inmunológicas, y sociales para la homosexualidad; que incluyen el efecto del sector de cromosoma Xq28, déficit de hormona testosterona, respuesta inmune de la madre a las proteínas del cromosoma Y, y la teoría neuroendocrina prenatal. La psicología busca la causa en influencias tempranas de la vida, la biología busca paralelismos con animales y tribus antiguas, y la teoría queer defiende que conceptos como la orientación sexual son construcciones sociales sin base objetiva, basadas en el rechazo de muchos hacia lo minoritario, tal y como ocurre con los racistas y xenófobos.
Se cree generalmente que la homosexualidad no es una enfermedad ni trastorno pero tampoco una elección, puesto que no decidimos ni nuestros genes ni las influencias que recibimos en la vida temprana. La pregunta correcta no sería si el homosexual nace o se hace; sino ¿Puede la orientación sexual elegirse o cambiarse a voluntad del individuo? Si la respuesta es negativa, entonces resulta injusto juzgar o discriminar a un individuo por algo que está fuera de su control. Las iglesias que han presentado a homosexuales “regenerados” olvidan que históricamente miles de homosexuales han ocultado su orientación sexual incluso durante toda su vida; ya sea por temor a Dios, al Gobierno, a la familia, o al carácter homofóbico de la sociedad; llegando a tener cónyuges heterosexuales e hijos.
Matrimonio homosexual
Muchos países han legalizado el matrimonio homosexual, o lo admiten dentro de la denominada unión civil. La peor confusión reside en confundir causa con efecto: el matrimonio homosexual no produce homosexuales, sino al revés. De otro modo en Cuba se habrían extinguido. Otros dicen que con los matrimonios del mismo sexo desaparecería la humanidad, ignorando que este grupo es sólo un pequeño número de los 7 mil millones de personas en el planeta.
La Iglesia en Cuba no debería mezclarse en un asunto que es civil y legal, adoptando así la homofobia secular en nombre del Señor Jesús, quien comía con publicanos y pecadores, no apedreó a la mujer adúltera y afirmó que no vino a llamar a justos, sino a pecadores (Mar. 2:17). Es la misma Iglesia que en la Edad Media condenaba a los homosexuales a morir en la hoguera, y que hoy día calla ante los crímenes de odio que se cometen contra ellos y el acoso (bullying) a los niños “amanerados” en las escuelas. No olvidemos al pastor bautista californiano que, tras el tiroteo en 2016 a una discoteca de la Florida, afirmó no sentirse triste por el crimen, más bien lamentó que el asesino no hubiera acabado su obra o que el Gobierno no fusilara a todos los homosexuales. ¿Dónde aprendió que el asesinato es más aceptable que el homosexualismo?
¿Religiosos o políticos?
La “tapa al pomo” de las declaraciones de los líderes religiosos cubanos es su chantaje político, al decir que la ideología de género es ajena a la cultura cubana, a las luchas por la independencia, a los líderes históricos de la Revolución o los “padres de la patria” (¿quiénes?), al usar temas propios de la propaganda comunista como “imperialismo cultural” o “colonialismo ideológico”, y al poner de ejemplo el tratamiento a este tópico en los países comunistas.
La Iglesia cubana (católica y protestante) ha guardado un silencio cómplice durante décadas ante leyes, decisiones e injusticias de las autoridades cubanas; incluyendo la expulsión de 136 sacerdotes en 1961, las penas de cárcel en 1965 para 48 pastores bautistas, detenciones a pastores, derribo de templos, envío a campos de trabajo forzado, discriminación laboral y estudiantil a cristianos, confiscación de propiedades, incautación de material religioso, educación y prensa orientadas al ateísmo, y censura a música y materiales cristianos. Nada de esto ha motivado quejas como la que ahora vemos. Tampoco la represión, detenciones, golpizas, censura, y crímenes políticamente motivados. Al parecer la vida o las libertades no son para ellos “derechos elementales”, ni les preocupan aspectos lamentables del nuevo proyecto de Constitución, que según el arzobispo de Santiago: “ya han sido iluminados en otros documentos de la Iglesia”.
Proponen retomar el pensamiento de Fidel, que mandó a los homosexuales a las UMAP para “reformarlos”. Si estos religiosos vivieran en otra época y lugar pedirían a Hitler que los enviara a campos de concentración, participarían en la “cacería de brujas” del macartismo, o prepararían las teas inquisitoriales para quemar a estos herejes. Es lamentable.
Opino que el gobierno cubano introdujo este tema que saben muy controversial en el nuevo Proyecto de Constitución con el astuto propósito de que dominara los debates, para así opacar cuestiones políticas más delicadas que prefieren no se discutan. Muchos cubanos han mordido el anzuelo, estos líderes eclesiásticos se lo tragaron completo. Creo que el Estado modificará este artículo antes que el Proyecto vaya a plebiscito, dejarán el tema para ser legislado en un futuro indeterminado dentro del Código Civil o el de Familia, y le cobrarán a la Iglesia a cambio de ese favor.