SANTIAGO DE CUBA, Cuba. – Diariamente somos testigos, leemos o escuchamos sobre sucesos que nos despiertan un irresistible deseo de escribir sobre ellos, muchas veces con profunda indignación. Pero cuando se vive bajo un régimen flagrante violador de los derechos humanos, se dirige una organización opositora con cientos de activistas víctimas de constante represión y se atiende a decenas de ciudadanos que diariamente buscan algún tipo de ayuda, el tiempo no alcanza para escribir sobre tantos temas interesantes.
Dos de esos acontecimientos que me obligan a robarle una hora al menos al escaso tiempo que destino al descanso son la marcha contra el maltrato animal celebrada el domingo último en La Habana y un video propagandístico publicado en Facebook, donde un policía cubano socorre a un perro que se encuentra atado en un patio. ¡Cómo no opinar sobre ambos hechos!
¡Qué bueno! “Se trata de la primera marcha no oficialista en décadas autorizada a portar carteles en el país”, dijeron a la agencia EFE los organizadores del evento. ¡Que positivo! ¡Un policía cubano socorriendo al prójimo menos carnicero que él!
Maité tiene 18 años de edad, desde los 17 se prostituye “para poder comer y vestir”. Vive en Los Cangrejitos, Santiago de Cuba. Cuando ve un auto patrulla tiembla, llora y corre. Hay tres policías a quienes teme más que a los demás. Cuando le ven, paran el patrullero y uno le dice: “monta”.
Se la llevan fuera de la Ciudad y tiene que tener sexo con los tres, le dicen que si no lo hace le acusarán de prostitución, y va presa. “En la cárcel todo sería peor”. Maité resulta tan diminuta y frágil que parece una niña. La primera vez que se la llevaron “no sabía qué hacer”. “El ‘jabao’, bajito y ‘trabao’ me decía: ¡muévete perra! Pero Maité es un homínido. Si fuese de la subespecie canis lupus familiaris, ayer cientos de homo sapiens le hubiesen defendido en la “Capital de todos los cubanos” y algún policía habría encontrado que le liberase de sus cadenas.
Ya en 1835 el parlamento de Reino Unido aprobaba la Ley de Crueldad contra los Animales. Hace muchos años ingleses, costarricenses y canadienses, entre otros muchos pueblos, pueden manifestarse con carteles sobre el tema que deseen sin que policías, homo impius, les hagan abortar a patadas como le sucedió a la Dama de Blanco Yilennis Aguilera. También tienen leyes que prohíben los tratos crueles que caballos, perros, gallos y otros animales sufren en la mayor de Las Antillas.
El estalinismo tropical instaurado por los Castro en Cuba hace que seamos los últimos en todo cuanto tenga que ver con derechos, justicia y bienestar. Fuimos los últimos en el continente en acceder a caros y pésimos servicios de telefonía celular e Internet. Puede que pronto tengamos una ley que proteja a los animales, exceptuando a los animales racionales. El 26 de agosto de 1789, en Francia, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y puede que el próximo 26 de julio la Asamblea cubana apruebe la Declaración de los Derechos del Perro.
En una nación donde reina la arbitrariedad y el absurdo, puede ser que tengamos que entrenar a nuestros perros, caballos, gatos, y demás animales, para que ya favorecidos por leyes que les protejan de abusos, luchen a favor de los derechos de los humanos. Bueno, terminaríamos los humanos acusados de maltrato animal, al “usarlos” con fines subversivos.