LA HABANA.- Otro de los aniversarios cerrados que conmemoramos los cubanos en el actual 2018 fue la promulgación de la Resolución Conjunta (Joint Resolution) del Congreso de Estados Unidos el 18 de abril de 1898, por lo que ahora arribamos al 120 aniversario de aquel suceso.
A las más jóvenes generaciones de cubanos de la isla tal vez la fecha no les diga nada. Pero para los mayorcitos que tuvieron la suerte de recibir unas lecciones de historia más apegadas a la objetividad de los hechos, la Resolución Conjunta está estrechamente vinculada con el advenimiento de la Cuba independiente el 20 de mayo de 1902.
A comienzos de 1898 la metrópoli española optó por permitir el establecimiento de un sistema de gobierno autonómico en Cuba. La medida obedecía a un intento desesperado de Madrid por contrarrestar la lucha independentista que desarrollaban los mambises cubanos. Sin embargo, los elementos más intransigentes de la comunidad española residente en Cuba, temerosos de que la autonomía pudiera debilitar el férreo control que España ejercía sobre su colonia, comenzaron a desarrollar desórdenes públicos como muestra de rechazo a la decisión de la Corona.
Tales desórdenes, entre otras cosas, ponían en peligro los intereses económicos que ya Estados Unidos poseía en Cuba, además de las vidas de sus ciudadanos en la isla. Por tal motivo, el Gobierno norteamericano envío al puerto de La Habana al buque de guerra Maine, el cual, apenas unos días después de su llegada fue víctima de una voladura que costó la vida a más de doscientos de sus oficiales y tripulantes.
Era la gota que colmaba la copa. La sociedad norteamericana comprendió que no podía permanecer por más tiempo ajena al drama de Cuba; un drama que ya había conmovido a muchos estadounidenses que contemplaron con indignación los desmanes del capitán general Valeriano Weyler.
De inmediato el presidente William McKinley envió un mensaje al Congreso de su país para que lo facultara a tomar las medidas necesarias con vistas a poner fin al estado de cosas existente en Cuba. En respuesta al pedido presidencial, el Senado y la Cámara de Representantes emitieron el 18 de abril de 1898 una Resolución Conjunta que establecía lo siguiente:
“Que el pueblo de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente”.
“Que es el deber de Estados Unidos exigir que el Gobierno de España renuncie inmediatamente a su autoridad sobre la isla de Cuba”.
“Se da orden y autoridad al Presidente de Estados Unidos para usar las fuerzas militares y navales de la nación en aras de llevar a efecto esta Resolución”.
“Que los Estados Unidos declaran que no tienen intención o deseo de ejercitar sobre Cuba soberanía, jurisdicción o dominio, excepto para la pacificación de la isla, y una vez conseguido esta dejarán el gobierno de la isla a su propio pueblo”.
¿Y cuál fue la reacción de los mambises cubanos ante la posición norteamericana? Según nos cuenta el historiador Juan J. Remos, el presidente de la República en Armas, Bartolomé Masó, en una Proclama al pueblo de Cuba, con fecha 28 de abril, afirmó que “la grandiosa Revolución iniciada por José Martí el 24 de febrero de 1895 está para triunfar con la magnánima ayuda de los Estados Unidos. El Congreso de esa gran República ha decretado que Cuba es libre, y es para los cubanos, y el presidente McKinley ha firmado tan noble y justa decisión. Unidos, cubanos y americanos, concluiremos con la dominación española en Cuba”.
Como vemos, ya antes de intervenir en la guerra contra España, Estados Unidos se había comprometido a respetar la independencia de Cuba. Un mentís a la historiografía castrista, que insiste en la supuesta obsesión de Washington por apoderarse de la isla.