LA HABANA, Cuba. – La propaganda castrista y en especial el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez insisten en que la atención directa a los reclamos de la población, algo así como el pomposamente denominado “gobierno en la calle”, constituye la manera más adecuada de gobernar. Sin embargo, la realidad indica que los funcionarios públicos no se están comportando de ese modo.
En su edición del pasado domingo 2 de abril, el periódico Juventud Rebelde publicó las estadísticas acerca de las respuestas que las instancias gubernamentales han brindado a las cartas de la población recibidas por intermedio de ese diario durante el segundo semestre de 2022.
El autor del trabajo periodístico califica de “vergüenza” el hecho de que solo el 45% de las quejas de la población hayan sido respondidas por las distintas instancias gubernamentales de todo el país. Se trata del porcentaje de respuestas más bajo desde el año 2005. Algo que demuestra la insensibilidad de los funcionarios castristas en momentos en que crecen las necesidades y las penurias de la población.
A nivel nacional los asuntos que recibieron más quejas de la población fueron los relacionados con la vivienda, el sistema judicial, los problemas laborales, el acueducto, el servicio de electricidad, la telefonía, los servicios de salud y las irregularidades en el trabajo de la Empresa Correos de Cuba.
Si ahondamos en las referidas cifras advertimos que las entidades pertenecientes a la provincia de La Habana encabezan la lista de las que optaron por el silencio. De un total de 43 quejas presentadas ante entidades habaneras, se respondieron únicamente 18, lo que significa un 41%. O sea, un 4% menos que la media nacional.
Entre las entidades capitalinas que no respondieron están las gasolineras de CUPET, la Dirección Provincial de Transporte, la Oficina del Carné de Identidad del municipio de Diez de Octubre, los Consejos de la Administración de los municipios Cerro, Habana del Este, Plaza de la Revolución, Habana Vieja, Diez de Octubre, Arroyo Naranjo y Marianao, las direcciones provinciales de Farmacia, Justicia y Comercio, las Direcciones Municipales de la Vivienda de Centro Habana y Diez de Octubre, la Dirección Municipal de Gastronomía de Centro Habana y la Empresa Restaurante de Lujo.
Curiosamente, si echamos un vistazo a las cifras reportadas por el oficialismo sobre el reciente proceso eleccionario para conformar la nueva legislatura de la Asamblea Nacional de Poder Popular, notamos que fue en la provincia de La Habana donde más se manifestó el rechazo de la población al mensaje de la cúpula del poder sobre la manera en que los electores debían de votar.
La Habana reportó la cifra más baja del país en lo concerniente a la asistencia de los electores a las urnas, con solo el 65,81%. O sea, casi un 10% menos que lo sucedido a nivel nacional.
De igual manera, La Habana fue, junto con Mayabeque, la provincia donde más boletas debieron ser anuladas, casi seguro al contener manifestaciones de oposición al régimen. Además, en la capital se reportó el menor porcentaje del denominado “voto unido”’, el que alcanzó solo el 68,45%.
Con independencia de que las muestras de rechazo de los cubanos a la farsa electoral promovida por el castrismo no deben de contemplarse solamente como la respuesta a determinado accionar gubernamental, no sería desacertado relacionar la actitud desafiante de los habaneros con la desidia de los funcionarios castristas ante los reclamos del cubano de a pie.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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