Producción ítalo-brasileña indaga sobre la censura y el coro de nuevas voces
MAIMI, Florida, abril, 173.203.82.38 -Llegaron a la una de la madrugada. En sus cofres fulguraban tesoros digitales filmados con cámara oculta: la bloguera Yoani Sánchez hablando por las calles de La Habana, Juan Juan Almeida en huelga de hambre, las Damas de Blanco tras un enfrentamiento con autoridades del MinInt. Buscaban en mi casa una voz crítica, independiente y contestataria. Los documentalistas ítalo-brasileños indagan sobre las nuevas formas de censura cubana en la era de la red. ¿Pueden ser los jóvenes blogueros agentes en un cambio político? Las respuestas son complejas.
Un cable del 20 de diciembre de 2009 hecho público por WIKILEAKS subraya que los blogueros representan “una amenaza mucho más seria” para el gobierno cubano que la disidencia tradicional. Estados Unidos considera que la denuncia de las detenciones y los malos tratos padecidos por los periodistas ciudadanos cubanos es una preciosa herramienta política porque representan “un grupo que frustra y asusta al gobierno cubano como ningún otro antes”. “La popularidad de los blogueros, que crece como una seta, y la ventaja que llevan a las autoridades en materia de avances tecnológicos, hacen mucho daño al régimen”.
La organización Reporteros sin Fronteras hizo un llamamiento en el 2008 para conmemorar cada 12 de marzo al Día Mundial Contra la Ciber-Censura. Este grito de ayuda pretende lograr el apoyo de todas las naciones e instituciones en lograr una Red Internet sin restricciones. Aún tomando en cuenta las excarcelaciones de las víctimas de la Primavera Negra el informe coloca a Cuba en mala compañía en cuanto a represalias contra los periodistas: Uzbekistán, Vietnam, Ruanda, Yemen y China.
Según la propia agencia independiente: “La situación en el país no evoluciona mucho. La censura y la opresión son todavía cotidianas para los disidentes políticos y los profesionales de la información.”
Aunque Yoani Sánchez llegó a las páginas de la revista Time, pocos reportan que el gobierno cubano no autoriza sus viajes a recibir reconocimientos internacionales. La bloguera ha sido víctima del maltrato en manos gubernamentales. Guillermo Fariñas, disidente cubano recibió el Premio Sájarov. Su silla vacía fue icónica del bloqueo cubano a las voces independientes. Es detenido a menudo y sometido a interrogatorios.
Dos grupos manejan y borran del debate la situación cubana:
(1) La “intelligentsia” que considera a Cuba el último bastión anti-yanqui. Para este grupo, la isla es el lienzo donde plasma sus ideales utópicos. La labor desmitificadora es siempre titánica.
Durante las Bienales de La Habana u otras actividades culturales la “intelligentsia” como la Fundación Ludwig, la Fundación Rockefeller, grupos universitarios, galerías de arte y coleccionistas importantes ejercen el neocolonialismo disfrazado de “political correctness”. Compran arte cubano a precios irrisorios para fines coleccionistas o lucro alcanzando cifras de reventa con enormes márgenes de ganancia. El Primer Mundo ha sido agente de expolio para muchas de las obras del patrimonio nacional cubano. El Fondo de Bienes Culturales es el cómplice del holocausto artístico.
(2) Los empresarios ven en Cuba un mercado virgen para sus proyectos de inversión (bienes raíces, tabacos puros, ron, hotelería) y un destino turístico a precios irrisorios para el viajero europeo o latinoamericano de bajos recursos.
El lente europeo y norteamericano padece de racismo y machismo, chovinismo en sus ejes interpretativos de la problemática cubana.
(1) Cuba es un país hispano donde la situación racial y la pobreza no representa una prioridad editorial para la prensa internacional. Con un 34% de la población negra o mulata, el lente capitalista concede interés sólo a los giros dramáticos del excéntrico caudillo (blanco y latifundista).
Para cinematógrafos, fotógrafos y reporteros de viajes o variedades, el gancho periodístico es un país en ruinas. La decadencia despierta la morbosidad. La fascinación por las fotos o caminatas por entre edificios en ruinas, los “solares” (cuarterías), las paredes sin pintura, las jineteras exuberantes reafirman valores burgueses. La isla caribeña les hace vivir su aventura en el subdesarrollo. Centro Habana es un Disney de son, mojitos, puros, santería y putería. Para los pobres taxistas italianos, operadores de grúas mexicanos, burócratas anónimos canadienses y choriceros españoles la inopia cubana les regala momentos de ilusión social imposibles en sus países por su enajenación proletaria y los rigurosos esquemas de exclusión. Van a Cuba a ser “señores”.
La música proveniente de un pueblo en la pobreza ha sido asimismo objeto de la explotación a cargo de promotores y casas disqueras capitalistas.
(2) Cuba se ha vuelto un lugar para el “eroturismo”. La situación de la mujer cubana, la prostitución aún de las jovencitas, la carestía que enfrentan se ha descrito por la periodista colombiana Silvana Paternostro “Communism versus Prostitution” publicado por The New Republic no es de interés a los países predadores. El gobierno es cómplice al servirse de las jineteras como fuente de divisa y atracción turística. Las empresas de viajes en el mundo capitalista se aprovechan (colonialistas al fin) de esta situación para incluir la belleza de la mujer cubana como parte de sus “packages”.
Castro ha creado en Cuba una fortificación como el griego Κάστρο (kastro), de la que no se sale o entra, bloqueada si bien es el bloqueo yanqui su obsesión. Su isla está aislada de la red Internet, artistas e intelectuales que no aprueben rigurosamente el régimen, libros, música y prensa censurados. Tal como los emperadores chinos, Castro castra a sus ministros y cuanta posible amenaza divisa su fértil paranoia. De tal suerte se salvan las concubinas o jineteras en venta a los extranjeros.
A mi casa los osados cineastas no llegaron escondidos ni con equipo oculto. Quisieron ventilar el tema de la censura en su filme El Último Discurso. Les ofrecí un jerez Oloroso y hablamos sobre la red como instrumento de cambio. La Habana no será sitio de Revolución del Jazmín ni del Nilo ni aún de la Mariposa, flor nacional cubana. ¿Podrá ser la Revolución del Gladiolo por las Damas de Blanco? La mujer –les dije- tiene que saltar al liderazgo de todo cambio. El machismo y el protagonismo falocéntrico cubano agotaron ya toda posibilidad de transición a una sociedad civil. ¿Cuántos grupos de disidentes existen en Cuba y en el exilio?
La producción El Último Discurso no propone trazar la ruta del apocalipsis. El interés no es cifrar las coordenadas cronológicas del último sermón en la Plaza Revolución. Los cineastas, de madrugada, comenzaron una reflexión sobre el cambio discursivo que ocurre en Cuba. Añadí que las bases de un lenguaje, sus categorías, sintaxis y parámetros, se unen a una serie de ritos e instituciones para apoyar un sistema sociocultural. Yoani y los blogueros arrancan a la hegemonía lugares de autonomía donde labran cambios radicales. Allí se sientan las bases para el nuevo discurso. Allí en la red y en los laboratorios de la “Generación Y” pensante está el futuro de la nueva cultura cubana.
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JUSTO J. SÁNCHEZ es un galardonado periodista cultural que se desempeña como historiador de arte. Ha sido conferencista en importantes ferias de arte, museos y galerías.