LA HABANA, Cuba.- La historia de los cuatro gatos es más vieja que andar a pie. Comenzó hace mucho con la dictadura de los hermanos Castro, cuando las reuniones se suspendían porque sólo asistían cuatro gatos –pocas personas-. Cobró impulso a partir del desmerengamiento del comunismo de la URSS y nuevos bríos desde hace más de una década, cuando el cubano vio que de vasito de leche diario, como prometió Raúl, nada de nada.
Ahora, al cabo de más de medio siglo, un periodista oficialista, Yuniel Labacena Romero, del periódico Juventud Rebelde, órgano de los comunistas jóvenes, comenta en su artículo El mal de los ¨cuatro gatos¨, la grave situación de la 9na Asamblea de la Universidad Tecnológica de la Habana ¨José A. Echeverría¨ -CUJAE-, a la que sólo asistieron cuatro gatos.
¿Será que las orientaciones que impartió a sus periodistas Raúl Castro hace ocho años, en 2010, están dando resultados?
Raúl fue determinante: ¨Hay que ejercer un periodismo de investigación, escudriñar a todas las fuentes de información, no cejar hasta alcanzar la verdad… ejercer el criterio, develar lo mal hecho, no flotar al compás de compromisos formales, consignas huecas o de la fanfarria con que algunos adornan realidades y arropan insuficiencias¨.
¿Habrá hecho referencia el Generalísimo a la prensa independiente de Cuba? ¡Quién sabe!
¿Cómo pudiera un periodista de la dictadura llegar a la raíz, a la verdad, investigando y por último dando su honesto y sincero criterio y al mismo tiempo defender una dictadura comunista, plagada de errores, vicios, e historias macabras y sobre todo grandes mentiras históricas?
¨El llamado es -dijo por último- defender la Revolución con las armas del oficio, la confianza que concede el pueblo y el respaldo de su más alta dirección política¨.
Entonces, exactamente el 15 de junio de este año fue que Labacena Romero, quien reportó la 9na Asamblea, dijo la verdad de lo que está ocurriendo en esa institución estudiantil, en la que asisten muy pocos estudiantes a las actividades que se convocan.
Quizás ingenuamente, por joven, el colega recomienda en el artículo ¨la necesidad de explicar a los estudiantes el por qué de las cosas, su significado e importancia y hacerlo con argumentos sólidos¨.
Amigo mío, eso se hace a diario en reuniones y en la prensa castrista de forma permanente.
Y aclara, como algo inusual, que el problema de los cuatro gatos se reiteró en incontables momentos por los estudiantes asistentes, por el presidente de la FEU y por Olga Lidia Tapia Iglesias, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, quien por último destacó la necesidad de ¨lograr que los estudiantes sean más útiles, más profesionales y portadores de valores y principios acordes con la Revolución¨.
Al final de la Asamblea, según Labacena Romero, se dijo: ¨Estos son tiempos de tener una Federación viva, que siga representando a sus miembros y haciendo por el país, a actuar con el ejemplo de Echeverría¨.
Interpretar esto no es nada difícil: Los miembros de la FEU están como muertos, no les importa asumir la rebeldía que mostró José Antonio en los años cincuenta ante los males del país.
Pero lo más curioso de este artículo es que encontrarlo en estos momentos en Internet es tarea súper difícil. Sobre todo la caricatura que lo encabeza, de Adám, donde se ve una mano dando cuerda a un muñeco y una palabra clave: Motivación.
A buen entendedor, no hay más palabras.
Fuente consultada: Artículo de Juventud Rebelde, El mal de los ¨cuatro gatos¨, 15 de junio de 2018