MIAMI, Florida, noviembre, 173.203.82.38 -Playa Banes se ubica en una pequeña ensenada en la costa norte del oeste habanero, muy próximo al Puerto del Mariel. El pasado viernes 11/11/11 un grupo de cuatro jóvenes del cercano pueblo de Caimito, imbuidos por la fecha y los augurios de la buena suerte, se dirigieron al lugar para tratar de sacar algunos pescados con que mejorar la cena familiar del fin de semana. Firmes en sus creencias, lanzaron los anzuelos al agua a las 11.11 AM de ese nefasto día.
Entre ellos se encontraba William, más conocido por “El fígaro”, joven barbero, que gozaba de una gran reputación en el pueblo, donde contaba con una gran clientela y ubicaba su pequeña barbería a un costado del parque central del pueblo. Cuentan los amigos que cuando llevaban cierto tiempo en el lugar al ver la escasez de la pesca, decidieron moverse hacia una ensenada cercana conocida como Guajaibón, pero que William insistió en quedarse en aquel lugar y se quedó solo. Narran que horas más tarde al pasar a recogerlo, vieron sus ropas diseminadas en las rocas de la playa y que no apareció, aunque lo buscaron por toda la orilla hasta el anochecer. Narran que regresaron a Caimito y lo informaron a los familiares, amigos y autoridades locales. Todos desde el amanecer del día siguiente se involucraron en la búsqueda, durante la cual algunos de los miembros de las autoridades vertieron comentarios maliciosos, sobre una posible salida ilegal del país, pero los amigos no hicieron caso y continuaron con la búsqueda durante todo el fin de semana.
Dos días después lo encontraron en el agua, cerca de la orilla, enredado entre las rocas y las algas, era ya el domingo por la tarde, y fue hallado por la tenacidad de José Manuel, uno de sus amigos, vecino y cliente, el que como buzo profesional, estuvo en el agua durante los dos días que duró la búsqueda, la cual al final solo involucró a los amigos y a los familiares porque las autoridades se retiraron de la misma el día anterior. El buzo, encontró junto al cadáver del muchacho, el cuerpo de un gran pez raya, también muerto producto de varias heridas, todo parece indicar que el pescador y el pez raya se involucraron en una pelea en la que ambos perdieron la vida.
Debido al estado de descomposición en que se encontraba el cadáver al sacarlo del agua, fue llevado directamente de la Playa Banes para el cementerio de Caimito, pero debido a la duda reinante, los familiares solicitaron, que le practicaran la autopsia antes de enterrarlo, y los médicos lo hicieron en el mismo cementerio, sobre una improvisada tarima, al aire libre y en presencia de los familiares y amigos curiosos. Debido al mal olor reinante y a lo dantesco de la escena, varios acompañantes del examen forense tuvieron que recibir atención médica al concluir el entierro. Para colmo de males, el cadáver junto a los restos estudiados, se depositaron en una bóveda superficial y mal sellada, lo que ha dejado un mal olor muy fuerte en el cementerio, el que se siente incluso en las viviendas más cercanas, distantes a unos cien metros del mismo.
Por ser el occiso William padre de dos niños pequeños, estar su reciente esposa embarazada, ser un gran profesional y una persona muy querida, la mayoría de los habitantes de Caimito del Guayabal, ha sentido y lamenta la muerte inocente del joven. Muchos critican abiertamente la falta de sensibilidad humana y la pobre respuesta de las autoridades, la falta de recursos para atender estos casos, así como la falta de profesionalidad y de ética de los servicios forenses de la localidad.