LA HABANA, Cuba – Doctores del cuerpo de guardia del Hospital Pediátrico de Centro Habana negaron atención médica a Alejandro, un lactante de tres meses, porque sus padres declinaron una disposición interna del hospital.
Dicha disposición permitía a uno solo de los dos padres estar presente en la consulta médica. Según la doctora y la enfermera de guardia, la falta de espacio en consultas era la razón de dicha ordenanza.
Para el Dr. Mario Lorenzo Medina, vice director de asistencia médica del Hospital Pediátrico de Centro Habana, el hacinamiento en las consultas era el motivo por el cual solo podía entrar uno solo de los padres.
-Mis médicos no tienen espacio. Trabajan apretados-, aseguró el directivo al padre del lactante.
Pero para ellos, Yanela Durán Noa, de 25 años y Augusto César San Martín, colega de la prensa independiente, esta disposición viola los derechos de ambos a estar presentes en la consulta médica de su hijo.
El directivo de dicho hospital afirmó amablemente que reconocía ese derecho, pero que la disposición estaría vigente hasta que no mejoraran las condiciones de espacio para sus médicos. En caso de que los padres se negasen a cumplirla, se les negaría acceso a la consulta.
La doctora Giselle, del policlínico de Coco y Rabí, en el municipio de 10 de Octubre, es de la opinión que los derechos de ambos padres están por encima de cualquier otra consideración, mucho más de una hipotética falta de espacio.
-Además, el paciente siempre tiene la razón. No hay motivo suficientemente poderoso para negarle la asistencia-, sentenció Giselle.
Para el padre, no solo es vergonzosa la ordenanza, sino también el trato recibido por parte del personal médico y de enfermería del cuerpo de guardia.
-Ni siquiera preguntaron por qué habíamos traído al niño a la consulta. La doctora y la enfermera se negaron a atenderlo. Y cuando le pedí sus nombres para quejarme, me dijeron en mala forma que yo no era policía-, afirmaba Augusto César San Martín.
Los médicos cubanos viajan a lugares inhóspitos de otros países a brindar atención médica en condiciones muy difíciles.
En esas “misiones” internacionales ofician consultas bajo lluvia, sol y sereno. Lo hacen sin chistar ni emitir la más mínima queja. Ni las serpientes son un obstáculo en su trabajo allende los mares.
Los padres aquí consideran que la falta de espacio como razón para no permitir la entrada es ridícula pues, aunque esté vacía la consulta, la disposición se mantiene.
Hace casi dos meses que los padres de Alejandro se quejaron en el Ministerio de Salud Pública. Aún no han recibido respuesta.