LAS TUNAS, Cuba.- El desmantelamiento con efectos inmediatos de la política de “pies secos, pies mojados” por parte de una saliente administración Obama, acabó de empobrecer al grado de indigentes a cubanos ya sumidos en la miseria.
Cientos de isleños a todo lo largo y ancho del archipiélago-cárcel, desde publicitadas las conversaciones secretas Obama-Castro en diciembre de 2014 y previendo la desaparición de su estatus migratorio preferencial dado por la política de “pies secos” con el restablecimiento de las relaciones Washington-La Habana, se deshicieron de todo cuanto poseían.
Casas, muebles, efectos electrodomésticos, vehículos, tierras, ganados, ropas y hasta zapatos, fueron vendidos, juntando dólares para llegar a Estados Unidos por cualquier vía posible.
“Usted no se va, pero yo sí; a mí de qué me sirve arar la tierra, cómpreme el arado”, me dijo un joven no hace mucho.
Lo compré, en efecto, y cada vez que escucho noticias de los cubanos varados por el mundo tratando de llegar a Estados Unidos, voy y toco el arado de aquel chico y es como si sus discos me cortaran a mí y no a la tierra que está por labrar.
Pero el testimonio más desgarrador lo escuché de una anciana refiriéndose a su nieto y a la familia de aquel (cinco personas incluidos niños) en camino de Estados Unidos: “Ellos vendieron sus casas y todo lo que tenían, ahora cuando los obliguen a regresar aquí no tienen nada: ni un techo, ni una cama, ni un plato.”
Cierto: los anuncios publicitarios del gobierno de Estados Unidos “alientan la emigración legal y segura” y desaprueban la emigración ilegal; pero otras coberturas del cuerpo legal y administrativo estadounidense actuaron hasta ayer cuales válvulas de escape, alentando a los cubanos a salir de la olla de presión que es Cuba.
Pero hoy esa válvula de descomprensión está cerrada para los cubanos sin haber funcionado una señal de aviso, sino todo lo contrario, se ha cerrado como cierra el paso una emboscada de cuatreros, disparando a quemarropa.
Del mismo modo que, con el ofrecimiento de concederle la vida, un bandido hace salir a su víctima de un parapeto para asesinarla cómodamente, hasta el último instante la administración Obama afirmó no tener intención de cambiar su política migratoria respecto a los cubanos.
Pero la administración Obama de un plumazo ha cambiado de hoy para mañana y sin conceder un plazo razonable para su ejecución. Esto es, para los que están en camino lleguen a su destino, y los que están en casa, no salgan de ella, el decreto símil de ruleta rusa de Bill Clinton: si tocas tierra te dejo, si te cojo en el agua, te vas.
En su declaración el señor Obama dijo: “El Departamento de Seguridad interna está poniendo fin a la llamada política de ´pies secos, pies mojados´, que se puso en práctica hace más de veinte años y fue diseñada para una época diferente. Con efecto inmediato, los ciudadanos cubanos que intenten entrar a los Estados Unidos ilegalmente y no califiquen para ayuda humanitaria estarán sujetos a deportación, de acuerdo con la legislación de Estados Unidos”.
Cabe preguntarse: ¿Por qué la administración Obama no desmanteló la política de “pies secos, pies mojados” en el instante de hacer públicas sus conversaciones secretas con el general Raúl Castro o en cualquier otro momento de sus ya prolongadas pláticas?
“La actuación de Obama es traicionera, cobarde. Lo hizo ahora porque ya no tiene nada que perder. Si hace eso antes, ni un cubanoamericano vota por su partido. Yo no tengo nada que perder; vuelvo a comprar lo que vendí y ya, pero usted se imagina cuánta gente vendió todo lo que tenía para al fin no llegar a ningún lugar. ¿Por qué no lo advirtieron?”, dijo un profesional que, vendiendo casa y automóvil que ahora espera recuperar, tenía ideado “saltar el charco” (Estrecho de la Florida).
Según el presidente Obama, la política de “pies secos, pies mojados” fue “diseñada para una época diferente” a la existente hoy en Cuba. En derecho internacional, el derecho de asilo significa que un Estado concede a un individuo la posibilidad de refugiarse cuando, en el país de su ciudadanía o residencia fija, es perseguido por motivos políticos.
En su artículo de 1997, Mis dos pancartas, el escritor Enrico Mario Santí dice: “Mientras en Cuba haya una dictadura, abandonar el país no dejará ser un acto político.”
Hoy no es Fidel Castro quien gobierna en Cuba, sino su hermano, el general Raúl Castro. Luego, en lo adelante, no será difícil para los cubanos si deciden comportarse como ciudadanos libres, conseguir su estatus de perseguidos políticos: en el mismo instante que decidan vivir en libertad serán reprimidos.
Y habrá que ver qué sucede cuando sean miles, millones, los cubanos reprimidos. Esos no preocupan porque llegado ese momento, serán los cubanos quienes tengan su destino y el de Cuba en sus manos.
Ahora preocupan los miles de cubanos esparcidos por el mundo, a quienes, de común acuerdo con el general Raúl Castro, el señor Barack Obama hizo despertar del sueño americano en suelos extraños, dejándolos a pie y descalzos.