MIAMI, Estados Unidos. – Venezuela fue el tema más importante de las conversaciones sostenidas en La Habana, los días 9 y 10 de septiembre, por el mandatario Miguel Díaz-Canel y el canciller Bruno Rodríguez con Federica Mogherini, alta representante de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea.
Sin embargo, de Venezuela no se habló en los medios nacionales cuando informaron sobre el Segundo Consejo Conjunto entre Cuba y la UE, en el marco del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) suscrito en 2016, o sobre el andar La Habana de la ilustre europea, guiada por el Dr. Eusebio Leal, a pesar de que figuró en la información previa emitida por su oficina en Bruselas.
En las declaraciones de Mogherini y Rodríguez Parrilla no se destacaron aspectos novedosos. Reiteraron el rechazo al embargo comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba, y al Título III de la Ley Helms-Burton, aplicado por primera vez desde su aprobación en 1996, las garantías a los empresarios europeos asentados en el pequeño archipiélago de defender sus intereses, la voluntad de apoyar al gobierno cubano en la “modernización” del sistema económico mediante los Lineamientos aprobados por el Partido Comunista, y ampliar los programas de cooperación que han alcanzado 140 millones de euros en los dos años recientes.
Ambas partes enfatizaron su amistad y la decisión de continuar profundizando las relaciones, a pesar de las diferencias en algunos temas, que no nombraron.
El Acuerdo de Cooperación está siendo aplicado de forma provisional, pues de los 28 miembros, aun los parlamentos de Suecia, Países Bajos y Finlandia no lo han aprobado, aunque tienen acuerdos bilaterales con Cuba.
Los derechos humanos siguieron impronunciables.
En cuanto a Venezuela, la Unión Europea reconoce al gobierno de Guaidó. La Alta Representante ha subrayado la prioridad de hallar una solución pacífica a la crisis venezolana mediante elecciones presidenciales libres y limpias, así como la posible ampliación de las sanciones, según el desarrollo de los acontecimientos.
Mogherini ha expresado que la UE intensifica sus iniciativas para darle una oportunidad a la diplomacia, mediante la creación del Grupo de Contacto Internacional y el Consejero Especial, así como ha detallado su involucración personal con todos los actores internacionales desde Estados Unidos a Rusia y China, desde el Vaticano hasta Cuba, desde el Grupo de Lima hasta el Caricom (discurso en la Sesión Plenaria del Parlamento Europeo sobre la situación en Venezuela, 17-7-2019).
La diplomática ha reconocido la justeza del informe sobre Venezuela emitido por Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU.
Por su parte, Díaz-Canel y las autoridades cubanas continúan las declaraciones inflamadas en apoyo al gobierno de Maduro y las condenas a las acciones del gobierno estadounidense.
Pero hay conversaciones entre los gobiernos de Cuba y Canadá que sugieren la mediación de ambos.
La ministra de Relaciones Exteriores canadiense ha visitado La Habana en dos ocasiones durante el presente año, y Bruno Rodríguez conversó una vez en Ottawa.
Esto es muy llamativo, ya que las relaciones bilaterales están en un bajísimo nivel como consecuencia de las afectaciones a la salud de los diplomáticos canadienses en Cuba, y la consiguiente retirada del personal y los servicios de la embajada en La Habana, mientras el turismo y las empresas canadienses continúan en los primeros lugares.
Recordemos que Canadá es miembro del Grupo de Lima.
El presidente Trump anunció recientemente que existían conversaciones de alto nivel con el gobierno de Maduro, lo cual éste confirmó. No puede descartarse que la salida del asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, anunciada el 10 de septiembre, allane el camino a las negociaciones.
Probablemente existan otros interlocutores.
El Cardenal Angelo Beccio, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, fue recibido por el presidente Díaz-Canel el 10 de septiembre. El ex Nuncio Apostólico viajó a Cuba para oficiar una misa al Cardenal Emérito Jaime Ortega, fallecido el pasado 26 de julio.
En el encuentro entre el cardenal Beccio y Díaz Canel participó el arzobispo de La Habana, Juan García, quien será confirmado cardenal el 5 de octubre, elevación oportuna para procurar la ampliación de las actividades permitidas a la Iglesia Católica Cubana en su interacción con la sociedad y su misión evangelizadora, así como ensanchar espacios en Las Américas, particularmente las difíciles relaciones iglesia-gobierno y la tensa situación en Venezuela, en la que el Papa Francisco ha procurado mediar (recordemos la contribución del Papa Francisco al acercamiento entre los gobiernos de Raúl Castro y Barack Obama).
La Señora Mogherini y Díaz-Canel han intensificado las gestiones para la búsqueda de un arreglo pacífico entre el gobierno de Maduro y la oposición en el curso del presente año.
El presidente cubano debe contribuir a la salida segura de Maduro y sus colaboradores. Tiene comprometido su prestigio internacional por la amplia participación de los gobiernos de Fidel y Raúl Castro en los programas de Hugo Chávez.
Díaz-Canel procura nuevas fuentes de financiamiento e inversiones extranjeras para Cuba. La Señora Mogherini termina su mandato en noviembre y labra su futuro. Con ese propósito, ella continuó su periplo en México y Colombia, donde abordará la situación del Acuerdo de Paz.
Las relaciones con la Unión Europea ya están encausadas, aunque el incremento de las entidades del Viejo Continente y sus inversiones dependerán de la voluntad de las autoridades cubanas para emprender la “modernización” que saque al país de la profunda crisis existente.
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