Mussa, dirigente del Partido Justicialista, considera «encubridores» del supuesto asesinato a Carlos Zannini, secretario Legal y Técnico, al ex chofer de la familia, Rudy Ochoa y a Cristobal López, ex empleado de Kirchner convertido en empresario y actualmente imputado en una causa de contabando de divisas.
Según Mussa -azote en los juzgados del kirchnerismo- dos testigos reservados aseguran que el ex presidente fue «asesinado de un tiro en la nuca». El disparo -insiste en la querella- se habría producido durante una fuerte discusión del matrimonio, que habría llegado a las manos, y terminado con la vida del marido de la presidenta. Para aclarar todo el episodio Mussa le solicita al juez que ordene la exhumación de los restos de Néstor Kirchner.
El diario «Perfil» -primero en difundir la información- recoge que Mussa solicita asimismo que se cite al personal de Emergencias Médicas de El Calafate, localidad del sur de Argentina en la que se produjo el deceso.
En el parte oficial de defunción, firmado por la Unidad Médico Presidencia, figura que Néstor Kirchner murió el 27 de octubre del 2010 de un infarto fulminante como consecuencia de deficiencias cardiovasculares. El ex presidente tenía una salud delicada y problemas coronarios.
El 7 de febrero del mismo año de su muerte tuvo que ser ingresado de urgencia y el 12 de septiembre se le practicó una angioplastia. El paro cardiaco le sobrevino a primera hora de la mañana en su domicilio de Calafate. El velorio se hizo con el feretro cerrado.