TOMADO DEL PERIÓDICO EL COMERCIO DEL PERÚ
Por BRUNO RIVAS, enviado especial
EL COMERCIO
La Habana “Te voy a contar un chiste”, me dice Reynaldo Escobar, el bloguero cubano y esposo de Yoani Sánchez. “Se encuentran dos disidentes en un parque y, tras saludarse, uno le dice al otro: ‘Compañero, mejor escóndete detrás del árbol porque si te ven conmigo te vas a perjudicar’. El otro disidente le contesta: ‘No, compañero, al contrario mejor escóndete tú que yo te puedo perjudicar’. Y así se la pasan todo el rato”. [Risas] “Ya ves. En este país las cosas son al revés. Aquí uno se enorgullece más por lo que perjudica que por lo que conviene”.
El chiste de Escobar grafica perfectamente los problemas que tiene la oposición cubana. Por un lado, podemos ver el estado de tensión en el que se encuentra y, por otro, muestra cómo hay un fuerte personalismo entre los disidentes.
MIEDO INCULCADO
En La Habana, como en Pinar del Río o Santa Clara, es difícil escuchar que una persona alabe al régimen o las condiciones de vida en Cuba. A pesar de que los habitantes de la isla suelen mostrar su cara más amable y jovial en algún momento de la conversación, sueltan sus quejas contra las restricciones de viaje, la represión o la situación económica. Sin embargo, so*n muy pocos los que se atreven a mostrar públicamente su descontento* contra el régimen.
“Aquí te inculcan el miedo desde que naces, por eso es difícil volverse opositor”, le dice a El Comercio Guillermo Fariñas, uno de los más famosos disidentes cubano que obtuvo el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia en el 2010 por sus huelgas de hambre contra el régimen.
Y los abusos se han intensificado en los últimos años. “Actualmente la disidencia está viviendo por orden de Raúl Castro una represión desmedida”, señala Fariñas .“Estamos viviendo un tránsito de una represión más visible desde el punto de vista judicial, como era con Fidel Castro, a una más escondida, más en la sombra y más sofisticada”, dice por su parte la blogueraYoani Sánchez.
Sin embargo, a pesar del miedo y la represión, diferentes grupos buscan manifestarse en contra de la dictadura cubana. Las Damas de Blanco forman uno de ellos.
DAMAS DE BLANCO
“Actualmente, el grupo más importante y peligroso para el Gobierno es el de las Damas de Blanco”, dice Fariñas. “El hecho de que mujeres, en un país eminentemente machista, salgan a las calles preocupa al régimen. Les preocupa que los hombres digan: ‘Si ellas que son mujeres protestan, por qué yo no’”.
Las Damas de Blanco son un grupo de esposas y familiares de presos políticos que se unió en el 2003 para pedir la excarcelación de los reos. Ellas todos los domingos se reúnen en el parque Martí, ubicado junto a la iglesia de Santa Rita y salen a marchar. En el 2005 ganaron el reconocimiento mundial al recibir el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia que otorga el Parlamento Europeo.
El año pasado, gracias al apoyo de la Iglesia Católica y de Guillermo Fariñas, lograron el objetivo de excarcelar a los reos. “Fue la primera vez que el Gobierno Cubano dio su brazo a torcer por el reclamo de un grupo disidente”, señala Ángel Moya, uno de los liberados el año pasado. “Eso te demuestra la fuerza que adquirieron las Damas”, acota.
Sin embargo, la liberación de los reos no significó el fin de la lucha de estas mujeres. “Actualmente estamos en una etapa de reestructuración, ya que hemos ampliado los objetivos y ahora apoyaremos a todas las causas que tengan que ver con los derechos humanos en Cuba”, indica Berta Soler, vocera de las Damas de Blanco. Ese hecho las ha vuelto más peligrosas para el Gobierno.
PRENSA INDEPENDIENTE
En un pequeño y austero cuarto trabaja Hablemos Press, un grupo de periodistas independientes que denuncia los abusos del régimen castrista a través de boletines impresos y de una página web. “Grabamos en video arrestos y manifestaciones de disidentes y por eso recibimos una presión constante del Gobierno”, afirma Roberto de Jesús Guerra, director del grupo.
Guerra ya tenía varios años en la disidencia cuando se dio cuenta de que tenía aptitudes para el periodismo. “Los compañeros me recomendaron dedicarme a esto, así que fui aprendiendo por mi cuenta y ahora estoy aquí en Hablemos Press”, cuenta.
Su trabajo le ha costado ir a la cárcel en dos oportunidades y contraer una serie de enfermedades. “En total he estado 22 meses en prisión. Salí de ella con seis enfermedades que me afectan el estómago y los pulmones”, indica.
Y a pesar de las presiones seguirá denunciando. “Me han amenazado con volver a encarcelarme pero ya he perdido el miedo. Vengo de una familia de disidentes que siempre se enfrentó al castrismo, así que continuaré”, señala.
OPOSICIÓN DIVIDIDA
Sin embargo, los esfuerzos de otros grupos de disidentes no siempre se guían por los objetivos de agrupaciones como las Damas de Blanco o Hablemos Press. “La disidencia no ha logrado armar una plataforma fuerte porque algunos grupos están más interesados en conseguir una visa para el extranjero que en crear una alternativa política”, explica a este Diario un corresponsal de un medio extranjero, que prefiere mantenerse en el anonimato para no recibir represalias del Gobierno.
Las ambiciones personales son otro gran problema de la disidencia. “Hay personalidades muy valiosas en la oposición que si no están al frente de un proyecto, no lo apoyan”, explica Fariñas.
MIRANDO AL FUTURO
Pero, pese a los problemas que viven los disidentes, ellos ven la situación actual con optimismo y buscan sacarle partido al contexto. “Las reformas económicas que ha realizado el régimen han permitido que los blogueros y periodistas nos comuniquemos a través de los celulares, que ahora se pueden comprar”, dice Yoani Sánchez. “La revolución árabe está causando que el pueblo empiece a perder el miedo. Eso se puede ver en las calles”, expone Soler.
Guerra, de Hablemos Press, es uno de los más optimistas. “Mira cómo la gente se enfrenta a la policía. Eso no pasaba antes”, nos dice mientras nos muestra un video en el que se puede ver a manifestantes defendiendo a un compañero. En sus ojos tristes brilla una luz de esperanza y de cambio.