LA HABANA, Cuba.- Martha tiene 57 años y desliza erráticamente sus dedos sobre la pantalla de un Samsung Galaxy 7. Ella es lo que se denomina una “inmigrante tecnológica”, aquellas personas que no nacieron en la era de estas tecnologías e intentan dominarlas.
Pero esta clasificación no parece importarle mucho a Martha. Su práctica, y la de miles de cubanos, se ha tornado más sencilla gracias al talento de jóvenes desarrolladores de aplicaciones, que facilitan al usuario el manejo de los servicios móviles.
Ese es, precisamente, uno de los objetivos del taller de celulares ‘Adoble’, ubicado en la intersección de las calles G y 25 del céntrico Vedado habanero.
El establecimiento, abierto en el año 2011, no solo se empeña en la reparación de equipos celulares, sino que apuesta por el desarrollo de aplicaciones útiles para los usuarios de la Isla y quienes la visitan.
Abdiel Castillo, ingeniero graduado del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (ISPJAE o “Cujae”, como mejor se le conoce popularmente) y dueño del taller, afirma que desde que crearon la primera aplicación (Guía Telefónica Adoble) tratan de innovar y superarse a diario, y que gracias a esa actitud han surgido otras herramientas como Adoble Llama Fácil y TransiCuba.
“Esta última posee gran utilidad para quienes optan por la licencia de conducción, pues contiene todos los aspectos teóricos para aprender a manejar, además de contar con las señalizaciones, un grupo de exámenes y otros servicios relacionados”, explica.
Castillo añade que los trabajadores de su microempresa han desarrollado aplicaciones como RevolicoGO. “Con ella el usuario puede solicitar los contenidos que se publican en la página web (Revolico.com) y la herramienta los descarga automáticamente. Lo positivo está en el hecho de que consumes menos tiempo de Internet y puedes revisar los archivos con más tiempo en tu casa.”
“RevolicoGO se comenzará a distribuir próximamente en el ‘Paquete Semanal’ y se pondrá a disposición del cliente la base de datos para que acceda de manera offline”.
Otros proyectos y colaboraciones
Otro de los elementos que caracteriza a este taller de reparación de celulares es no limitarse a las colaboraciones. Quienes aquí laboran poseen estrechos vínculos con equipos de informáticos de otros lugares.
Adrián Veranes, también integrante de Adoble, comenta que mantienen buenas relaciones con otros desarrolladores porque muchas veces se precisa de la ayuda mutua.
“ConoceCuba es una de las mejores aplicaciones del país. No la hicimos nosotros, pero a menudo colaboramos con sus creadores. Esta app es fantástica para moverte en La Habana y en otras provincias pues tiene identificados hospitales, restaurantes, hoteles…”, dice Veranes.
“También podría mencionarte otras apps como la del Taxi, creada por un extrabajador de nosotros y que pretende acercarse a algo así como un UBER sin Internet; o bien podría aludir a GuiArte. Esta última no es más que una guía para el arte en Cuba, dígase eventos, lugares, conciertos, exposiciones… Esta idea la tuvo un compañero nuestro y la desarrolló otra persona que también trabajó algún tiempo en el taller, así que de alguna manera nos sentimos partícipes de la misma”, explica el empleado.
Este joven, graduado en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) se siente satisfecho con su trabajo pero no totalmente conforme. Confiesa, junto a su compañero Abdiel, que fue una buena iniciativa comenzar el taller pues de lo contrario estarían estancados en un aula de computación, en un Joven Club o en alguna institución en el mejor de los casos.
A pesar de los múltiples talleres en el país dedicados a la telefonía celular, como Ultracell, Génesis, La Clínica o Infinity, entre otros muchos, pocos se lanzan a la tarea de desarrollar aplicaciones por lo complejo que esta tarea resulta. El grupo de Adoble no solo lo ha hecho, sino que ha mantenido otros servicios integrales como desbloqueo de teléfonos, reparación y actualización, jailbreak, instalación del correo nauta, cambio de idioma… etc.
El trabajo consecuente y los resultados obtenidos han llevado a estos muchachos a abrir una sucursal en Paseo y 2. La clientela es menor, comparada con los primeros años, pero esto está dado por el acceso de los usuarios a la red de redes. En el Internet se pueden obtener disímiles soluciones a los problemas con el móvil por lo que los clientes van a los talleres por problemas técnicos más particulares.
No obstante, Adrián y Abdiel, los chicos de Adoble, perciben la calidad de sus servicios en la asiduidad de los clientes al negocio y en el gran número de personas que usan sus aplicaciones, aunque manifiestan que siempre queda algo más por hacer.
Todo ello para que Martha, y otros tantos cubanos, “inmigrantes” o no, podamos tener acceso a una tecnología más sencilla y especializada.