CARACAS – El líder opositor venezolano Leopoldo López fue conducido por la tarde al palacio de Justicia, en el centro de Caracas, donde se informó que su audiencia será este miércoles.
López “pernoctará esta noche ilegalmente en la cárcel de Ramo Verde”, señaló Voluntad Popular en su cuenta de Twitter. También se informó extraoficialmente que una orden de captura fue emitida contra el dirigente Carlos Vecchio, quien pertenece a la organización política de López.
Oficialistas y opositores se habían reprochado la temeridad de convocar dos marchas que podrían toparse en un país altamente polarizado y que tiene todavía presente abril de 2002, cuando una manifestación opositora hacia el palacio presidencial derivó en un sangriento golpe de estado que derrocó brevemente al entonces presidente Hugo Chávez.
Miles de opositores vestidos de blanco congregados en Plaza Brión recibieron como a un héroe al líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, cuando llegó desafiando una orden de captura.
Con una bandera venezolana en sus manos, López trepó a una estatua del prócer cubano José Martí e instó a sus seguidores a “construir una salida a este desastre”.
“Si mi encarcelamiento vale para el despertar de un pueblo, … valdrá la pena mi encarcelamiento infame. Me presento ante la justicia injusta, ante una justicia corrupta”, agregó el dirigente antes de dirigirse hacia un puesto de comando policial y entregarse.
López se bajó de la estatua, abrazó a su esposa y con el rostro tranquilo se dirigió, entre un enjambre de simpatizantes y cámaras de los medios, hacia los guardias nacionales, que lo introdujeron en un camión con rejas y pequeñas ventanillas.
El vehículo, rodeado por un cordón de guardias, arrancó pero su andar fue tortuoso, lento, errático, ante los cientos de simpatizantes que no se resignaban a ver a López detenido.
“¡Libérenlo!”, “¡Suéltenlo, cobardes¡” gritaban y bloqueaban el paso del vehículo por las estrechas calles de Chacaíto.
“Hermanos, soy Leopoldo, estoy bien, permítannos avanzar sin violencia”, dijo a través de un megáfono desde el interior del vehículo.
López, un economista de 42 años educado en Harvard y con dilatada carrera política, estaba oculto desde que el gobierno pidió su captura por los desmanes del miércoles pasado.
Él y otros dirigentes impulsan bajo la consigna “La salida” la táctica de ocupar las calles para oponerse al gobierno de Maduro, electo en abril del 2013, y forzar un “cambio constitucional”.
Una joven llevaba una pancarta con la leyenda: “24,763 muertes violentas en 2013. Somos más que solo cifras”.
La marcha opositora no estaba autorizada y las autoridades habían desplegado un fuerte dispositivo antimotines que impidió a los manifestantes avanzar hacia el ministerio de Justicia, cerca del Palacio de Gobierno.
La tensión por las marchas puso a Venezuela en el punto de mira de la comunidad internacional y varios gobernantes apoyaron a Maduro, mientras organizaciones internacionales como Celac y Unasur y países como México y Panamá exhortaron a resolver las diferencias mediante el diálogo.
Venezuela, país con las mayores reservas de crudo del mundo, tiene a Estados Unidos como principal socio comercial pese a las permanentes desavenencias y roces políticos.
- Agencias